Seamos realistas: viajar con frecuencia puede afectar seriamente tanto tu cuerpo como tu mente. Desde los cambios de huso horario y las interminables horas sentado, hasta el ajetreo y el bullicio de los aeropuertos, es fácil descuidar tu bienestar. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Ya sea que estés saltando de un vuelo a otro o embarcándote en nuevas aventuras, mantenerte en forma y sentirte bien es completamente posible. Así que, si eres asistente de vuelo, piloto o simplemente un apasionado de los viajes, sigue estos consejos prácticos para mantenerte saludable y lleno de energía mientras estás en movimiento.

1. La hidratación es clave

Las cabinas de los aviones son tan secas como el desierto. Y cuando estás en el aire durante horas, la deshidratación puede aparecer rápidamente, dejándote cansado y aletargado. ¿La solución? Agua, y mucha. Adquiere el hábito de beber al menos 8 onzas de agua por cada hora que estés en el aire. Lleva una botella de agua reutilizable y llénala después de pasar el control de seguridad. Si necesitas un poco de energía extra, añade algunas tabletas de electrolitos para mantenerte con energía.

2. Muévete, incluso a 30.000 pies de altura

Permanecer sentado durante horas no solo es incómodo, sino también perjudicial para la salud. Los períodos prolongados de inactividad pueden causar mala circulación e incluso aumentar el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda (TVP). Para mantener todo en movimiento, levántate y camina por la cabina siempre que puedas. Incluso mientras estés sentado, puedes hacer algunos ejercicios sencillos, como rotaciones de tobillos, elevaciones de pantorrillas o levantamientos de piernas, para estimular la circulación sanguínea.

¿Tienes una escala? En lugar de quedarte sentado en la puerta de embarque, da un paseo por la terminal. Algunos aeropuertos incluso cuentan con senderos designados para caminar o áreas de fitness donde puedes estirar las piernas y hacer algo de ejercicio antes de tu próximo vuelo.

3. Empaca tus propios bocadillos

Seamos realistas: la comida del aeropuerto no es precisamente conocida por sus beneficios para la salud. ¿Y las comidas a bordo? Mejor ni hablar. Para evitar la tentación de comer bocadillos poco saludables, lleva tus propios refrigerios. Piensa en nueces, semillas, fruta fresca, galletas integrales o barras de proteínas. No solo ahorrarás dinero, sino que también mantendrás estables tus niveles de energía y evitarás arrepentirte de haber comido comida chatarra después del vuelo.

Si tienes una escala prolongada, haz un rápido recorrido por las opciones para comer en el aeropuerto. Muchos aeropuertos ahora ofrecen opciones más saludables si sabes dónde buscar.

4. Mantén una rutina de sueño

El jet lag es el enemigo de los viajeros frecuentes. Para combatirlo, debes tener una estrategia para tu sueño. Empieza por mantener una rutina de sueño constante siempre que sea posible. 

En el avión, crea tu propio pequeño refugio para dormir con un antifaz, tapones para los oídos y una almohada para el cuello. Si aterrizas y es de día, resiste la tentación de dormirte. En lugar de eso, expónte a algo de luz natural para ayudar a restablecer tu reloj biológico. Y si vuelas de noche, trata de dormir un poco en el aire; te ayudará a empezar con buen pie cuando aterrices.

5. Relájate con atención plena

Viajar puede ser estresante, especialmente con retrasos, aeropuertos abarrotados y conexiones complicadas. Ahí es donde entra en juego la atención plena. Dedicar unos minutos a concentrarte en la respiración, meditar o simplemente relajarte puede hacer maravillas por tu salud mental.

Descarga una aplicación de mindfulness, como Headspace o Calm, para que te guíe en sesiones de meditación rápidas, ya sea que estés en el aire o esperando para embarcar. Incluso un breve descanso mental puede ayudarte a reducir el estrés y mantenerte con los pies en la tierra.

6. Coma comidas equilibradas

Mantener una dieta equilibrada durante un viaje no siempre es fácil, pero es fundamental para mantenerte sano. Procura consumir comidas que incluyan proteínas magras, cereales integrales y abundante fruta y verdura. Evita los alimentos pesados y grasos que te harán sentir aletargado.

Si vas a realizar un vuelo de larga distancia, consume menos alcohol y cafeína, ya que ambos pueden deshidratarte y afectar tu sueño. En su lugar, opta por agua, infusiones o incluso un jugo refrescante para mantenerte hidratado y sentirte bien.

7. Muévete con el ejercicio

El hecho de que estés de viaje (o en el aire) no significa que tu rutina de ejercicios tenga que verse afectada. Muchos hoteles tienen gimnasios, pero si el tuyo no, no te preocupes. Puedes hacer una rutina de ejercicios rápida en tu habitación de hotel con algunos ejercicios de peso corporal, como flexiones, sentadillas y planchas.

¿Estás explorando una nueva ciudad? Evita el taxi y camina. Es una excelente manera de ver los lugares de interés mientras te ejercitas. Si te quedas atrapado en el aeropuerto por un tiempo, algunas terminales tienen gimnasios o salas de yoga donde puedes estirarte y hacer un poco de ejercicio antes de tu próximo vuelo.

8. Estíralo

Los vuelos largos y los asientos estrechos del avión pueden hacer que te sientas rígido y dolorido. Combate esto con estiramientos regulares, tanto durante el vuelo como en tierra. Estiramientos simples, como movimientos circulares de cuello, encogimientos de hombros y flexiones hacia adelante, se pueden hacer directamente en tu asiento.

¿Tienes algo de tiempo antes de embarcar? Busca un rincón tranquilo en el aeropuerto y haz una rutina de estiramiento rápida. Tu cuerpo te lo agradecerá cuando no tengas que bajar del avión cojeando y con los músculos entumecidos.

9. Mantén tu piel fresca

El aire seco de la cabina puede ser perjudicial para la piel durante el vuelo. Para mantener la piel hidratada y con un aspecto fresco, aplícate una buena crema hidratante antes, durante y después del vuelo. Un spray facial o un suero hidratante también pueden refrescar tu piel rápidamente durante el viaje. No olvides llevar también bálsamo labial y crema de manos; esos pequeños artículos de tocador pueden marcar una gran diferencia.

Y el hecho de que estés en un avión no significa que puedas prescindir del protector solar. Los rayos ultravioleta son más fuertes a grandes altitudes, así que aplícate protector solar antes del vuelo y vuelve a aplicártelo cuando sea necesario, especialmente si estás sentado junto a la ventanilla.

Viajar con frecuencia no significa sacrificar tu salud y bienestar. Si te mantienes hidratado, te mueves con regularidad, comes bien y controlas el estrés, podrás mantenerte en forma y sentirte bien, sin importar cuántos kilómetros recorras. ¡Buen viaje y feliz vuelo!

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